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Las cajas de cambios automáticas están controladas por diversos componentes electrónicos, mecánicos e hidráulicos para optimizar la calidad y la sensación de cambio.

El aceite limpio de la transmisión desempeña un papel importante en el funcionamiento de este componente tan importante del sistema de transmisión. El aceite garantiza que el cambio funcione de forma suave y eficiente, lo cual es posible gracias al uso de un filtrado de alta calidad y a los sofisticados «paquetes de aditivos» en el aceite base. Sin embargo, con el tiempo, el aceite de la transmisión, los aditivos y el filtro (que se va contaminando gradualmente) se deterioran, lo que provoca cambios en estos componentes de la transmisión, que han sido diseñados con sumo cuidado.

Esto tiene un efecto negativo en el rendimiento de la transmisión, incluyendo el engranaje de marchas duras, ya que el deslizamiento controlado del embrague ya no reacciona como debería. Estos problemas provocan un rápido desgaste de los discos de fricción, los imanes y otros componentes de la transmisión y pueden provocar costosas averías en la transmisión si no se realiza un mantenimiento regular del aceite y del filtro de la transmisión.